Los detectores de metales son indispensables para cualquier empresa de la industria cárnica. Implementarlos evita sanciones por incumplimiento de las normas de inocuidad, problemas de salud para los consumidores, mala reputación, disminución de la competitividad y pérdidas considerables de ingresos.
Desafortunadamente, varias empresas en todo el mundo las omiten y descubren su importancia hasta que enfrentan problemas por productos cárnicos contaminados con metal. A continuación, trataremos dos casos que hicieron eco en EE. UU. para que entiendan mejor la importancia de los sistemas detectores.
El caso de Taco Bell
Se trató de un caso controversial, ya que resultó afectada una de las principales franquicias de comida rápida en aquel país. Los propietarios de Taco Bell retiraron la carne contaminada tras la primera queja de los tres clientes que encontraron piezas metálicas en sus alimentos. Algo alarmante con graves consecuencias para su imagen que pudo evitarse con los detectores de metales.
Afortunadamente, la franquicia actuó rápidamente para retirar los productos en las instalaciones afectadas. Según la presidenta de Taco Bell Corp, Julie Masino, trabajaron de forma proactiva con sus proveedores para notificar a la USDA (siglas en inglés de Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura) acerca de las medidas de protección a los consumidores que aplicaron.
La empresa encargada de retirar los productos de carne sazonada por posible contaminación con metal fue Kenosha Beef International, ubicada en Ohio, lo que fue confirmado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos de América. Se explicó que esos productos fueron producidos en el lapso del 20 de septiembre y el 4 de octubre del 2019.
La empresa afectada retiró la carne de sus centros de distribución y restaurantes ubicados en 21 estados norteamericanos, lo que representó grandes pérdidas que pudieron evitarse con los detectores de metales. Iba a ser utilizada para burritos y tacos de Taco Bell y se encontraba en cajas con ocho bolsas de 2.2 kg. Los artículos se enviaron primero a cinco centros distribuidores y, posteriormente, a los restaurantes.
Afortunadamente, no hubo problemas de salud por el consumo del producto contaminado, pero sirvió como lección para la empresa, proveedores y otras cadenas de restaurantes para mejorar sus procesos en toda la cadena de suministro y evitar los altos costos de la retirada de productos del mercado.
El caso de Simmons Prepared Foods, Inc.
Este caso ocurrió igual en el 2019 y fue notificado por la FSIS (Agencia de Inspección y Seguridad Alimentaria) de EE. UU. Mencionó la retirada del mercado de aproximadamente 900,000 kilos de pollo por posible contaminación. Un caso alarmante, que representó grandes pérdidas y pudo evitarse con una mínima inversión en detectores de metales para proteger al consumidor final.
Según la FSIS, la carne de pollo se expuso al metal en altas cantidades al grado de volverse un serio problema para la salud humana. Se retiraron pollos enteros y piezas sueltas, como muslos y alitas. La empresa responsable fue Simmons Prepared Foods, Inc., ubicada en Gentry, Arkansas que se encargó de retirar sus productos listos para cocinar que se enviaron a varios estados del país, como Pennsylvania, Arizona, Alabama, Oklahoma, Minnesota, California y Arkansas.
Afortunadamente, no se reportaron problemas por el consumo de los pollos, aunque la agencia alimentaria de EE. UU. recomendó a quienes los consumieron que visitaran a un médico para corroborar su estado de salud y la presencia de alguna enfermedad. La FSIS mostró genuina preocupación y se encargó de contactar a las neveras de las instalaciones responsables del problema de contaminación.
La solución a estos problemas es el detector de metales
Si bien no se reportaron problemas serios para la salud en ambos casos, no significa que no ocurra en el futuro. Es importante que las empresas de nuestro país aprendan de estos ejemplos y garanticen la inocuidad de sus procesos y la salud de sus consumidores, lo que es posible con un detector de metales.
En SUMINSA ofrecemos una amplia gama de opciones acordes a cualquier empresa de productos cárnicos, ya sea para carne sazonada, pollos, embutidos, pescados, mariscos, entre otros. Nuestros equipos se diseñan para implementarse en las líneas de procesamiento y detectan varios contaminantes metálicos, desde materiales ferrosos y no ferrosos hasta aceros inoxidables. Detectan incluso en productos empacados y poseen varios diseños según el procesamiento de su planta, ya sean detectores de banda o caída libre.
Contamos igual con sistemas de rayos X que brindan una mejor detección de distintos materiales, no solo metales, por ejemplo, huesos, piedras, cristales, maderas, entre otros. Además de detectar contaminantes, indican su posición para retirarlos rápidamente. Poseen distintos diseños y adaptaciones adecuados para la industria cárnica, ya sea de baja emisión, para productos a granel, latas, huesos de pescado, productos en caja, líquidos, entre otros.
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