La industria láctea es una de las más importantes en el mundo, millones de personas consumen alguno de sus productos, y por ende es imprescindible que se aseguren las condiciones óptimas para garantizar un consumo seguro. Afortunadamente, la implementación de herramientas como los detectores de metales ha permitido que las fábricas embotelladoras y fabricantes reduzcan el porcentaje de lotes retirados del mercado a causa de la aparición de agentes extraños que afectan la seguridad de los consumidores.
Que los clientes encuentren un agente extraño al consumir una mantequilla, helado o beber una botella de leche afecta la reputación de la empresa y supone un peligro para el nivel económico de la compañía, y los ejemplos de varias organizaciones sin un detector de metales industrial que luego se vieron involucrados en muchos problemas con las comunidades y perdieron mucho dinero hace que la necesidad de contar con estos aparatos adquiera un gran peso.
En algunos alimentos como la carne o las frutas resulta, en cierto modo, más sencillo identificar estos materiales extraños, pero en los lácteos hay todo un reto pues sin importar si es un envase de leche o un queso, puesto que las sustancias líquidas, sales y grasa que se excretan obligan a requerir una mayor precisión en el detector de metales y de esta forma dar con el artículo extraño que perjudica la composición del resto del alimento; afortunadamente, los avances tecnológicos de los dispositivos que suministramos en Suminsa han permitido mejorar su seguridad alimentaria.
Proceso de identificación de contaminantes en lácteos
El procedimiento para inspeccionar la seguridad alimentaria de un lácteo requiere de mucha dedicación por parte de los fabricantes pues existen muchos focos de contaminación que conllevarán a una menor calidad de los productos, en primer lugar, la producción de la materia prima necesita de control, si usted tiene a las vacas o demás animales lácticos, deberá manejar su dieta con suplementos que antes tendrá que supervisar con el fin de que los metales no sean digeridos.
Una vez que tiene la materia prima para la producción de lácteos, bien sea leche, helado, mantequilla o quesos, deberá inspeccionar nuevamente en busca de los contaminantes ya que en el proceso de recolección pudo ocurrir una contaminación; este paso es fundamental en todos los casos, en especial si estos elementos base provienen de terceros.
Teniendo la certeza de que los productos base están seguros de contaminación, sólo hace falta producir el producto; dependiendo del artículo final que vaya a comercializar tendrá más o menos pasos, pero sin importar el tipo de procedimientos es importante que implemente los detectores de metales con el fin de identificar sus fuentes dentro del proceso productivo. En estas fases se buscan materiales ferrosos, no ferrosos y de acero inoxidable en el alimento, los cuales provienen de herramientas o maquinarias.
Una vez que se identifica una fuente de contaminación se van a separar los alimentos contaminados de manera automática, lo que haga que el flujo de producción se detenga; cuando el día haya culminado y no estén en funcionamiento las máquinas se corregirán todos los daños que generen la inclusión de metales en la comida de forma que el número de productos desechados disminuya.
Pero la inspección no se detiene aquí, pues en el proceso de envasado, empaquetado y embalado también hay fuentes de contaminación con metales; por lo que antes y después de cada una de estas fases, hasta el momento en el que se montan en los camiones distribuidores, debe instalarse una de estas herramientas e inspeccionarlos uno por uno. Además, es conveniente instalar en estas fases un inspector de Rayos X, ya que muchos de los contenedores tienen una recubierta metálica que brindará una imagen más precisa de los contaminantes presentes en el lácteo.
¿Qué retos se han superado en los últimos años?
Los detectores de metales no son una herramienta nueva en el mercado, de hecho ya desde hace varias décadas se implementan como parte de los protocolos de protección en alimentos, pero en particular para la industria láctica hacían falta superar varios retos que afortunadamente con el paso del tiempo se han solucionado; uno de los más importantes era la interferencia con otras maquinarias dentro de la fábrica que generaban falsos positivos.
Ahora, gracias a los avances tecnológicos de los detectores de metales que comercializamos en Suminsa han logrado superar estas barreras, favoreciendo la extracción de los agentes ferrosos y no ferrosos de los productos lácteos, sin importar las interferencias presentadas o la sal y grasa que tengan; de manera que sea posible ofrecer a los consumidores la máxima calidad.
Recuerde que tiene a su disposición los mejores detectores de metales simplemente llamando al (614) 180 3950, escribiéndonos al correo ventas@suminsaindustria.com o visitándonos en Perif. De la Juventud 6902-22-A, Plaza Cumbres, 31207 Chihuahua, Chih. México.